domingo, 27 de junio de 2010

Zapatazo para los cuartos


El elenco de Maradona venció por 3-1 al conjunto tricolor y el sábado, desde las 11, se las verá con Alemania en Ciudad del Cabo. Tevez, en dos ocasiones, e Higuaín anotaron los goles de la Selección, mientras que Hernández descontó para los conducidos por Aguirre.


Por Fernando Pecorelle


Al igual que en 2006, el seleccionado argentino volvió a dejar atrás a México en los octavos de final de un Mundial. Esta vez no fue en el suplementario ni con un zapatazo salvador cuando las cosas estaban complicadas, sino con algunas dosis de contundencia y la aparición de sus figuras. Faltó juego colectivo, pero los nombres volvieron a brillar. Esta vez no deslumbró la habilidad de Messi, sino que Tevez se llevó todos los flashes e Higuaín mostró toda su categoría con una definición exquisita. Fue 3-1 y ahora la ilusión se traslada a cuartos, donde espera Alemania.
El conjunto tricolor no salió a especular y rápidamente se paró bien adelante con tres puntas, abrió la cancha, una de sus principales armas, y complicó a un rival que tardó en acomodarse. A los 8, Salcido probó desde 35 metros, Romero la rosó y el balón se estrelló en el travesaño. Al minuto, Guardado recibió muy solo en la puerta del área y su disparo se fue pegado al poste derecho de un arquero argentino que estaba totalmente vencido. Dos sofocones muy importantes para el equipo de Maradona, que se vio descompensado de tres cuartos hacia atrás, salió mal a cortar, sobre todo con Demichelis, y se vio superado a las espaldas de Mascherano.
Luego de sufrir, el elenco albiceleste se tranquilizó, se asentó en el terreno y empezó a jugar a partir de la habilidad de Messi, quien sin embargo pecó de individualista y perdió dos ocasiones claras cuando la descarga se ofrecía a sus costados. A los 11, la Pulga arrancó de la derecha hacia el medio y, en lugar de entregársela a Di María, la picó y la dejó en las manos de Oscar Pérez. En respuesta, México salió rápido y Hernández, tras hacer una buena diagonal y recibir de espaldas, encaró y la tiró lejos de derecha.
En un partido que se presentó realmente complejo, porque Argentina estaba nerviosa, abusaba del pelotazo, dejaba todo en los pies de Messi y no encontraba salida clara por las bandas, un error del juez de línea le permitió abrir el marcador y encontrar tranquilidad. El delantero de Barcelona la adelantó para Tevez, Pérez cortó abajo, la Pulga la picó en el rebote y Carlitos, en clara posición adelantada, la empujó de cabeza para el 1-0. El asistente observó la repetición en la pantalla gigante, dudó y los jugadores mexicanos se le fueron encima. Sin embargo, el árbitro Rosetti convalidó el tanto.
Locura de los hinchas argentinos. Otro partido había comenzado, cuando nadie se esperaba un regalo semejante de los mexicanos a los 32. Osorio quiso pisar una pelota cerca de su área, se le escapó, Higuaín se la robó, encaró al arquero, la pisó de derecha con toda su categoría y definió de zurda para sentenciar el 2-0. Fue un golpe realmente duro para los conducidos por Aguirre, que agacharon la cabeza y quedaron listos para el cachetazo. A los 36, Di María arrancó por la derecha, probó de zurda y el arquero salvó con sus piernas. Y a los 41, Otamendi, de gran partido, tiró un centro desde la derecha e Higuaín no logró conectar de lleno.
Se esperaba una reacción mexicana, un poco más de chile o pimienta para intentar dar vuelta las acciones. El ingreso de Barrera le dio velocidad por el sector derecho y llegada hasta el fondo, algo que complicó mucho a Di María. Pero cuando se estaban acomodando, Tevez la recibió en tres cuartos, tiró un pase, lo benefició un rebote, le dio desde 30 metros y su tremendo derechazo se transformó en uno de los mejores goles del Mundial de Sudáfrica. El 3-0 liquidó las acciones, pese a que la Selección se retrasó peligrosamente y le entregó el terreno a su rival.
Y México, con mucho amor propio y con buenos fundamentos a la hora de trasladar la pelota, se aproximó con peligro. Primero probó Salcido y Romero despejó, luego Hernández cabeceó cerca y más tarde, el lateral izquierdo la tiró al segundo palo, Barreda le dio de tijera y Heinze la sacó en la línea cuando el arquero estaba vencido. Finalmente, a los 25, Hernández recibió en la medialuna, se lo sacó de encima a Demichelis con mucha facilidad y definió con un potente zurdazo. La tención tomó protagonismo en el Soccer City de Johannesburgo porque Argentina estaba demasiado retrasada y no podía sacar esa contra letal. Messi, muy apagado, nunca logró encarar y estuvo demasiado molesto.
Para tener la pelota, Maradona sacó a Tevez -se fue con gesto adusto- y puso a Verón, pero el mediocampista de Estudiantes no logró hacerse eje, sino que fue una compañía para Mascherano a la hora de marcar. México presionaba arriba y le cortaba los circuitos a la Selección. A los 35, Heinze volvió a evitar una jugada de peligro ante la llegada de Márquez. Pero el Tricolor se fue apagando y el ingreso de Jonás Gutiérrez sobre el sector izquierdo terminó de sentenciar las intenciones del rival. Sobre el cierre, Messi encaró con espacios, disparó desde la medialuna y Pérez le atragantó el grito. Fue 3-1. El sábado, otra final.