domingo, 12 de septiembre de 2010

Favorito campeón


El máximo candidato cumplió con los pronósticos, derrotó al local por 81-64 y levantó la corona en un Mundial después de 16 años de sequía. Durant fue la gran figura con 28 puntos y 5 rebotes.


Por Fernando Pecorelle


La Selección de Estados Unidos se adjudicó la medalla de oro del Mundial de Turquía, 16 años después de su última llegada a lo más alto del podio, al vencer en la final a los anfitriones por 81-64, tras un partido que siempre tuvieron controlado.

El gran favorito se tomó la definición con seriedad desde el inicio. Por eso Durant lo jugó con todo y consiguió la mitad de los puntos de su equipo en los primeros 20 minutos, dando una nueva lección magistral de clase y efectividad, con 5 de 9 triples.

Pero los locales también salieron a dejar todo para dar el golpe. A los seis minutos desató la locura de su gente cuando se colocó 15-14 y cuando estuvo 17-14. También ayudó la defensa en zona que ya prácticamente no abandonarían a lo largo del partido.

Sin embargo, Estados Unidos, herido en su amor propio, agudizó la defensa y no le permitió a su rival marcar en el resto del cuarto. Así, se fue arriba al primera descanso por 22-17. En el segundo periodo hubo más de lo mismo. Entrega local y control por parte de los visitantes, que culminaron el segundo periodo con ventaja de 10 (42-32).

Durant siguió con su clase, colocación, defensa, elasticidad y elegancia, características que lo transformaron en el mejor del partido con 28 puntos y cinco rebotes. El marcador siguió reflejando la diferencia entre los dos equipos: 50-32, a los 23 minutos. Turquía intentó defender cuerpo a cuerpo, pero jamás logró poner en aprietos a los norteamericanos.

El resto del encuentro estuvo de relleno y los tucos se acercaron únicamente cuando la visita sacó el pie del acelerador debido al holgado marcador. Con el cierre del partido, los locales recibieron el cálido aplauso de sus hinchas, consecuencia del excelente torneo realizado. Estados Unidos era el gran candidato y cumplió, 16 años después.

Los tenemos de hijos


En el encuentro por el quinto puesto, el seleccionado nacional se impuso a España por 86-81 y, de esta manera, cortó una racha de 16 años sin poder ganarle a los ibéricos. Carlos Delfino (27) fue el goleador del equipo.

Por Fernando Pecorelle


El seleccionado argentino de básquetbol finalizó su participación en el Mundial de Turquía y consiguió despedirse con una muy buena victoria, frente a España, en el encuentro que definió el quinto puesto de la competencia.

El representativo nacional fue muy superior a España durante los dos primeros cuartos y medio, llegó a sacar una ventaja de 25 puntos (59-34) con una gran efectividad en lanzamientos de tres pero un muy mal pasaje en el tercer período le permitió recuperarse a su rival. El cierre fue muy parejo y. en definitiva, el 86-81 permitió cortar una racha de 16 años sin poder ganarles a los europeos.

Carlos Delfino (goleador del equipo nacional con 27 puntos) cargó con la ofensiva durante la primera etapa del juego, Luis Scola (22 y 11 rebotes) apareció en el arranque del cuarto parcial y Pablo Prigioni (17 y siete asistencias), con un triple a falta de 15 segundos, terminó de liquidar el partido. El máximo anotador del juego fue Rudy Fernández (31).

Argentina se llevó el primer cuarto por 23-16, en el descanso la diferencia ya era de 49-32 y antes del arranque de los últimos 10 minutos el resultado era un ajustado e impensado 65-62. España llegó a igualarlo en 80 cuando faltaban 120 segundos, pero en el cierre apareció la mano fría del base del equipo conducido por Sergio Hernández para darle la última alegría a nuestro compatriotas.

Chapa de campeonas


El equipo dirigido por Retegui le ganó por 3-1 a Holanda en la final en Rosario y logró el segundo título ecuménico en la historia, ocho años después de la hazaña en Perth. Rebecchi (2) y Barrionuevo hicieron los tantos argentinos, mientras que el descuento lo señaló Poumen.


Por Fernando Pecorelle

Las Leonas derrotaron por 3-1 a Holanda en la final y conquistaron de manera invicta el Mundial de hockey sobre césped de Rosario, el segundo título ecuménico en la historia del país en este deporte. Ocho años después del logro en Perth, el equipo nacional alimentó su leyenda con una notable campaña y desató el festejo albiceleste.

La táctica del elenco argentino fue avasallar a su rival en el arranque para hacerle sentir el rigor. Y el plan dio notables éxitos. A los 3 minutos, Carla Rebecchi abrió el marcador tras una gran jugada de la cordobesa Soledad García por izquierda. Y cuatro minutos más tarde, Noel Barrionuevo desenfundó su potente remate en un córner corto y amplió la ventaja.

Holanda, que tiene el récord de seis mundiales ganados y era el campeón defensor, descontó a los ocho minutos por intermedio de Maartje Poumer, tras un córner corto. Pero Argentina volvió a demostrar su fiereza a los 19, cuando Rebecchi empujó la bocha hacia dentro del arco luego de una serie de rebotes. Ese golpe fue demasiado para las europeas.

A 10 años de ser bautizadas, las Leonas se regalaron un título más para su nutrida vitrina y dejaron en claro que el proceso de recambio se realizó sin dejar de ganar. De la mano de una brillante Luciana Aymar y un equipo que la respaldó en todo momento, Argentina se subió a lo más alto del podio y respira ese aire de gloria que merece. En el horizonte, ya se vislumbran los Juegos Olímpicos de Londres.