martes, 27 de octubre de 2009

A octavos

Argentina le ganó a Alemania 2-1 y pasó a los octavos de final del Mundial sub 17 de fútbol que se disputa en Nigeria.

      El seleccionado argentino sub 17, que en la primera jornada venció a Honduras por 1-0, derrotó a su par de Alemania por 2 a 1 y lo dejó en una situación complicada de cara a lo que viene, ya que en su primer encuentro había igualado con Nigeria 3 a 3.
      El comienzo del partido favoreció a los europeos quienes mostraban un buen juego ofensivo, mientras que los argentinos se manifestaban muy imprecisos con la pelota y además eran superados con claridad en el medio. Esta superioridad que mostraban los germanos, no tardó en reflejarse, ya que tras una pelota parada, lograron adelantarse en el marcador mediante un cabezazo de Götze a los 8 minutos, tras una desinteligencia defensiva. Luego hubo una breve reacción de los dirigidos por José Luis Brown, pero Alemania siguió dominando, atacó de manera masiva y malogró varias ocasiones para aumentar la ventaja.
      Tras el descanso, el seleccionado argentino salió buscando mayor protagonismo con la intención de acercarse al arco defendido por Ter Stegen. Esa búsqueda tuvo sus réditos a los los 56 minutos de partido, cuando tras una dura falta sobre Daniel Villalba dentro del área rival, el capitán Esteban Espíndola transformó el penal en gol para igualar el encuentro. Diez minutos después, tras un error del defensor Basala, el delantero de Boca Sergio Araujo, aprovechó la oportunidad y puso el 2 a 1 que sería definitivo.
      Con la ventaja en el tanteador, Argentina se adueñó del juego, y el equipo alemán perdió el balón, se desconcentró y pocas veces se encontró cerca del empate. Con este triunfo el conjunto que dirige el “Tata” Brown se aseguró la clasificación a los octavos de final sin depender del resultado que pueda tener el viernes con la selección de Nigeria. 

                                                                                                                                      Por Diego Arias

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