martes, 22 de junio de 2010

La leyenda continúa


La Selección careció del vuelo que mostró en los otros dos partidos pero le bastó para derrotar por 2-0 a un mezquino rival. Demichelis (ST 32m) y Palermo (ST 43m) marcaron para el equipo nacional, que terminó con puntaje ideal y el domingo chocará en octavos ante los mexicanos.

Por Fernando Pecorelle

Argentina derrotó por 2-0 a Grecia en Polokwane y cerró su participación en la primera ronda del Mundial de Sudáfrica con puntaje ideal. Pese a que no tuvo el brillo de los otros dos partidos, el conjunto de Diego Maradona siempre fue más que su mezquino rival y recién encontró el desahogo en el segundo tiempo, con el gol de Martín Demichelis. En el final, Martín Palermo acrecentó su leyenda y selló el marcador. De esta manera, la Selección terminó primera en su zona y jugará el domingo ante México, por los octavos de final.
Durante todo el primer tiempo, Argentina ejerció el monopolio de la pelota y apostó por un esquema táctico flexible, que tuvo a Otamendi y Clemente Rodríguez como laterales con proyección, pero careció de la repentización de los dos primeros encuentros. En su retorno, Verón arrancó desde la izquierda pero con el correr de los minutos se cerró para poder iniciar el circuito de juego con el capitán Messi.
Pero el control abusivo del balón no le alcanzó a la Selección para irse al vestuario con la ventaja que mereció en el marcador. El planteo mezquino de Grecia redobló la marca sobre Messi, que en las pocas veces que pudo soltarse fue derribado con faltas. Ante este panorama, Argentina se topó con una muralla defensiva que debía romperse con movilidad y creatividad.
Las dos primeras emociones llegaron a partir de los 17. Primero, Agüero dibujó una diagonal que terminó con un remate de zurda que el arquero Tzorvas despejó al córner. A continuación, Verón tomó la pelota tras un despeje y sacó un potente disparo que no fue gol gracias a otra gran intervención del portero.
El cambio de roles entre Verón y Maxi Rodríguez no fue una variante efectiva para Argentina, que tampoco le dio continuidad a las interesantes trepadas de Clemente por izquierda. Con Messi maniatado, Agüero no pesó en la zona de gestación y Milito retrocedió demasiado y falló muchos pases. Aun sin muchas luces, el equipo nacional coqueteó con el gol con sendos remates de Maxi y Messi en los últimos minutos. Tzorvas volvió a salvar a los helénicos, que en ese primer periodo sólo atacaron con pelotazos para el peligroso Samaras.
El complemento arrancó de manera agitada para la Selección. Demichelis falló a la hora de recibir un pelotazo, Samaras se la robó y sacó un disparo cruzado que salió cerca del palo de Romero. Pero la temática del partido no se alteró, ya que Grecia mantuvo su nula propuesta ofensiva y le cedió la pelota a su rival. Verón asumió el rol de organizador, pero sus pases fueron muy previsibles. Por su parte, Messi intentó recostarse por derecha sin éxito. Nuevamente, el desequilibrio llegó gracias a la velocidad de Clemente por la franja izquierda.
A pesar de no brillar, Argentina igualmente se las ingenió para convertir en figura al arquero. A los 23, Tzorvas mandó al córner un peligroso tiro libre de Messi. En el tiro de esquina posterior, el arquero volvió a lucirse al tapar sin rebote un remate de Bolatti, luego de un cabezazo de Demichelis. La resistencia helénica terminó a los 32, cuando Demichelis ganó de arriba en otro córner, Milito obstaculizó sin intención a la pelota y el zaguero del Bayern Munich tomó ese rebote para gritar el primer gol. A esta altura, el ingreso de Pastore había potenciado el rendimiento de la Pulga.
El cambio de Palermo por Milito, que se dio a los 35, levantó a la hinchada argentina en todas las partes del mundo. Y el Loco le añadió un capítulo mundialista a su historia de película. A los 42, Messi volvió a probar al arco, Tzorvas dio un rebote muy largo y el artillero de Boca conectó de derecha. Todos estallaron en júbilo y fueron a abrazar a ese goleador que a esta altura es un talismán. El pitazo final del uzbeco Irmatov le bajó el telón a un duelo bastante opaco que se encendió en el segmento final gracias a la permanente insistencia de la Selección, que potencia la ilusión de todo un pueblo con cada paso que da en Sudáfrica.


Fuente: tycsports

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